jueves, 17 de enero de 2008

Entrevista a Liliana Bodoc

Entrevista a Liliana Bodoc


Referencias
GA: Grupo Alejandría
LB: Liliana Bodoc
P: Público


Entrevista


GA: ¿Cómo llegaste a escribir Epica fantástica?

LB: Mi acercamiento al género ocurre obviamente por la lectura, y más específicamente por la lectura de Tolkien; el gusto, el enorme gusto, el apasionamiento que me provocó como lectora… fue desde ahí el paso a la escritura.

GA: ¿Cómo empezaste a escribir?

LB: Yo empecé a escribir “Los días del venado” en la provincia en que vivía, en Mendoza, empecé a armar allí ese verosímil, ese imaginario que necesita de sustento cualquier relato fantástico, y sobre todo si se propone ser épico; con esto quiero decir: trazar geografías, culturas, mundos, ideologías, siempre obviamente robadas de la realidad, pero construidas en función de una ficción. Ese fue mi primer trabajo, quizá el que más disfruté. Y después vino, sí, la parte de escribir; lo hice sin tener ninguna idea de lo que era el mundo editorial, ninguna noción verdaderamente de lo que iba a ocurrir con eso.

GA: Lo que uno siente al leer “Los días del venado” es mucha familiaridad con la magia, con el mundo mágico…

LB: A mi me parece que eso tiene que ver con la forma en que me crié, con donde nos criamos mis hermanos y yo; es un lugar bastante “mágico”, bastante árido, en Mendoza, rodeado por unas fábricas abandonadas…y más allá de eso, éramos una familia de niños que pasaban mucho tiempo solos, porque mi papá se tenía que ir a trabajar (y mi mamá se tuvo que morir (risas)), con lo cual nosotros quedábamos solos mucho tiempo, y eso fue, es una situación muy particular. Me parece que, y no lo digo con ningún dejo de tragedia, la supervivencia te va obligando a buscarle su lado mágico a las cosas; y supongo que hay una rebelión también, primero adolescente, al discurso paterno, que era marxista, ateo, de izquierda; y entonces yo me volqué en principio, yo fui proclive a lo ritual, a lo religioso y a lo fantástico; me parece que así se fue armando el camino.

GA: ¿Cómo empezaste a escribir ficción?

LB: Yo empecé, probablemente como todos supongo, por la poesía en la adolescencia, muy joven. Después, abandoné la escritura por completo; hice mi carrera de letras, enseñé literatura española, y recién a los cuarenta años, hace diez, me pasó esto que les acabo de contar. Esto de tener un profundo deseo de trabajar en una Epica fantástica. Ese fue el salto.

P: (inaudible)

LB: En lo macro estuvo la idea de hablar de y contra la conquista de América. Fue mi manera de hablar de este brutal genocidio, dentro del registro de la Epica fantástica, porque me pareció que esto era posible, que era un buen cauce.

P: (inaudible)

LB: Yo renegué no del marxismo ni de la revolución, sino del autoritarismo de mi viejo. Mi papá decía: “No es que yo no crea en dios, yo sé que dios no existe” (risas); y cualquier pibe de quince años que escuche eso se enoja. Pero de ninguna manera rechacé estas ideas, esta esperanza. Me parece que el marxismo se va a ir enriqueciendo (mi papá estaría contento (risas)). En la génesis de mi obra está la determinación política. Como en Neruda. Por eso escribió los poemas que escribió.

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